La comarca extremeña de la Vera está constituida por 19 municipios al sur de la Sierra de Gredos. Su posición geográfica favorece unas condiciones naturales que han determinado su arquitectura como una tipología específica. La Vera es un enclave privilegiado en el que la naturaleza y el hombre han conseguido una simbiosis favorable que define el territorio. La pendiente y la base Las viviendas se sitúan en pendientes y, por eso tienen de manera casi sistemática una zona semienterrada. Esta cuestión define constructivamente la planta baja de las viviendas que se construyen con muros de mampostería. La madera comienza más arriba, ya que en planta baja se humedecería y deterioraría. También los acabados de estos muros deben ser morteros de barro y paja o de barro y moñiga, ambos de óptima adherencia. Cualquier intento de impermeabilización terminaría con la caída del mortero por acción de la tensión superficial originada por la humedad sobre el paramento. Tradicionalmente en estas plantas bajas se guardaba el ganado. El entramado La estructura de la vivienda típica verata, a partir de planta primera, se realiza con muros entramados de madera y adobe. Son los muros exteriores de la vivienda los que dan el aspecto típico de las calles de La Vera. El adobe solía estar revestido con morteros de cal y en ocasiones quedaba la madera al aire mientras que en otras se cubría con cuerda para lograr la adherencia de los morteros. Los forjados son de madera con diferentes tipos de entrevigado. Los apoyos interiores de la estructura se logran mediante sólidos pilares o mediante muros crujía intermedios. La gran particularidad de la arquitectura de La Vera es que los forjados van avanzando sobre la calle. La fachada de la primera planta en ocasiones se apoya en el filo del voladizo, y lo mismo ocurre con la siguiente fachada. Este sistema va protegiendo las fachadas inferiores de la lluvia a la vez que la zona habitada de las viviendas gana luminosidad. Las cubiertas se forman con vigas apoyadas sobre la estructura entramada sobre las que descansan vigas en la dirección de la pendiente. Estas vigas no suelen ser continuas, sino forjados inclinados. Estas estructuras pueden trabajar como. El perímetro de muro entramado es estructural, y va avanzando en un voladizo a cada planta que se eleva. El doblao El doblao es la planta que queda bajo la cubierta y donde tradicionalmente, además de servir de almacén, se guardaban los productos del campo y la matanza, pero sobre todo, en la Vera, es el espacio donde se guardaba la castaña y se ahumaba el pimentón. Las cubiertas se forman con vigas apoyadas sobre los muros de fachada y sobre los muros entramados interiores, y sobre las que descansan viguetas que van en la dirección de la pendiente hacia la calle. Estas vigas no suelen ser continuas, sino forjados inclinados que en no pocas ocasiones giran las vigas sobre las que descansan. La cubierta puede estar formada por un entablado sobre el que apoyar la teja, aunque también puede verse la teja apoyada directamente sobre la madera. El ahumado del pimentón se hace en el sequero, un pequeño entramado horizontal donde dejar el producto. En el suelo del doblao hay una gran piedra sobre la que se hace una hoguera en la que la ceniza se maneja con habilidad de manera que haya llama al entrar y al salir pueda quedar el doblao lleno de humo que sale tranquilamente entre las tejas. El oficio No se puede hablar de la arquitectura de La Vera sin mostrar esta vertiginosa vivienda. Uno se llega a aventurar en semejante estructura, cuando se tiene un conocimiento profundo de las estructuras de madera. El uso de los pesos y contrapesos es habitual en la arquitectura verata. En este caso, la primera descansa apoya sobre una viga apoyada sobre un único pilar con su zapata y jabalconada en sus extremos. Detrás de este alarde equilibrista, encontramos mucho oficio. Sobre la viga principal descansan el forjado y sobre éste una viga de reparto con la carga de la fachada. El entramado tiene unas diagonales que hábilmente recogen parte carga de la carga de la cubierta y la acercan a mitad del voladizo, minimizando con ello el peso sobre el extremo de la viga. Así se consigue la mínima escuadría de los jabalcones. Por otra parte, la piedra que sirve de base al pilar, tiene muescas de una posición anterior de los jabalcones, y desagües para que el agua no pudra la base del pilar. Los entablados de fachada La Vera tiene varias soluciones constructivas características. Una de ellas son los muros entablados. Se suele emplear como protección de los muros entramados más expuestos. La tabla cubre el muro solapándose aproximadamente un cuarto de la tabla. Aunque probablemente se moje, al estar tan ventilada, el secado es rápido y el adobe se mantiene protegido. Haz clic aquí para editar. Los balcones Los balcones son elaborados. En ocasiones se abren en la fachada, otras aparecen dentro de los soportales, en otras, el balcón es una galería corrida en toda una planta. Su sistema constructivo puede ser desde el voladizo de las vigas interiores del forjado, o complicarse con otros elementos estructurales que pasan a tener también un valor ornamental. Un caso complejo es el formado por dos vigas sobre las que se apoya una viga de borde sobre zapatas, y sobre esta el forjado. Los balaustres pueden ser cuadrados girados a 45 grados, torneados o de tabla calada. Las cabezas de las vigas y canes suelen estar decoradas con finas ranuras habiendo un dibujo. De despedida un montón de preguntas: De qué están hechos los morteros, cuáles son sus propiedades, cuales pueden ser los usos del futuro de estas casas, cómo restaurarlas, cómo abrir huecos, cómo calentarlas, cómo iluminar, ¿seremos capaces de conseguir las comodidades que requerimos sin robarle el espíritu a estos pueblos?
Muy agradecida a Mónica Bujalance por el grupo de trabajo que ha formado para investigar sobre todas estas cuestiones, arranco este blog y su sección sobre arquitectura vernácula.
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AutoraElena Franco ArchivosCategorías |